viernes, 1 de septiembre de 2017

Anecdotario histórico argentino: Lavalle y Bolívar

Lavalle y Bolívar 


Juan Lavalle
Fué Lavalle uno de los campeones de nuestra maravillosa epopeya. Vulcano épico de mirada azul y de barba rojiza, tuvo por yunque los campos de Maipú, Chacabuco, Paseo y Río Bamba, y, por martillo su luciente corvo granadero. Luchador incansable de la Libertad desde muy niño, peregrínó por medio continente cosechando a su paso admiración y respeto.
Orgulloso y altivo, aun en la adversidad, no toleró jamás una ligereza, ni aún de los jefes de mayor rango, olvidando a veces los principios fundamentales de la disciplina.
Después de la victoria de Pichincha la ciudad de Quito se ha vertido de gala para homenajear a los vencedores. Una larga mesa llena de manjares y bebidas está rodeada por la brillante oficialidad patriota. El vino y la Gloria del día afiebraba las mentes. Bolívar amante de los brindis y de los discursos levanta su copa y dice:

¡No tardará mucho el día en que pasearé el pabellón triunfan de Colombia hasta el suelo Argentino! 
Un ambiente tenso sigue a las palabras del Libertador de Colombia que, probablemente las haya pronunciado sin medir el alcance de las mismas. Pero de cualquier manera el guante es recogido por el sargento mayor Lavalle que levantando su copa brinda con tono enérgico:
La Argentina se halla independiente y libre de toda dominación española, y lo ha estado desde el día en que declaró su emancipación el 25 de Mayo de 1810. En todas las tentativas para reconquistar territorio, los realistas han sido derrotados. Nuestro Himno consagra triunfos. ¡Brindo por la Independencia de América! 
En otra ocasión en que Bolívar pasaba revista a los granaderos cuyo jefe a la sazón era Lavalle, se molestó por una oportuna respuesta
de éste y le dijo amenazador:

¡Teniente coronel Lavalle! ¡Estoy acostumbrado a fusilar generales insubordinados! 
A lo que le contestó enérgico el bizarro oficial de San Martín llevando la diestra a la empuñadura de su corvo:
¡Esos generales no tendrían una espada como ésta...!


Simón Bolìvar, enano fascista

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